PEDRO j. frías
Pedro J. Frías presentaba sus ideas en prosa clara, con lenguaje accesible y precisión conceptual. Sus incisivas ideas nos ponían frente a una mente prospectiva que jamás cesó de actualizarse y de advertirnos lo realmente importante para comprender nuestra crisis. Pródigo con su talento, Pedro José Frías desgranó siempre enseñanzas en todos sus escritos. Releerlos es un verdadero deleite y un homenaje a su memoria: Las críticas al estado parlamentario no implican necesariamente críticas al Estado representativo y no toda crítica a la democracia representativa conduce, sin más, a la democracia directa. "Capitalismo popular" y "Economía popular de mercado" dejarán de ser slogans emotivos o catálogos de ilusiones cuando se complementen con leyes que aseguren la vivienda, el trabajo o la seguridad social, y la incorporación al mercado de miles de compatriotas marginados por falta de ingresos o participación. En suma: el nuevo trato social pasa por la economía popular de mercado. La participación, cualquiera sean sus escenarios posibles, ayudará a la gobernabilidad de la democracia en la medida que sea gradual y responsable La educación debe recuperar su proyecto de excelencia. Necesitamos una articulación regional más activa para vincular más eficazmente a las provincias. En muchas provincias el empleo público no es más que un disfraz de la falta de trabajo genuino. En ese sentido la principal asignatura pendiente es la de generar administradores estratégicos, que armonicen lo global con lo local, disciplinen el aumento de las interrelaciones y eviten las subordinaciones innecesarias. La sociedad argentina está peligrosamente fragmentada. La integración social es, pues, una prioridad. Clase política debe haber y es honrosa su tarea, pero el cargo público debe volver a su raíz austera de carga pública, sin que por eso deba desempeñarse ad honorem. Escritos en la cumbre de su madurez, estos pensamientos son indagaciones lúcidas que reflejan una clara percepción de la realidad argentina, la realización ética de su vida y un estupendo espíritu de servicio.
Federico A. M. Lannes
lannes@arnet.com.ar
construir y destruir
Agradeceré publicar esta nota que es una pequeña muestra de los daños evitables que sufren las viviendas linderas de cada obra. No se hacen o no se respetan los estudios de suelo. Se hacen excavaciones profundas para ganar superficie, aún sabiendo que las napas freáticas no lo permiten. Calan y semidestruyen paredes medianeras que nunca pagaron; prometen verbalmente muchas cosas y no cumplen para llegar a juicios interminables. Los empresarios hacen sociedades transitorias y luego venden las unidades a los distintos consorcistas, diluyendo inescrupulosamente sus responsabilidades. Da pena caminar por el centro y ver tantas propiedades destruidas y/o en venta (invendibles) con precios viles. ¿Por qué?
Orlando Casacci
casaccio@arnet.com.ar
DESNUTRICIÓN
A propósito de la carta "Niña desnutrida" de Patricia Maestu (31/03), quiero denunciar como médico pediatra -me desempeño en un Centro de Atención Primaria (CAC Nº 10 Ampliación Amalia) que el responsable de la no incorporación de niños desnutridos al Programa de Refuerzo Nutricional (PRFN) es el mismo Siprosa; y lo denuncio con pruebas en mis manos (historias clínicas); también lo denuncié reiteradamente desde el año 2008, ya que en mi CAC tengo una enorme cantidad de niños desnutridos que son controlados mensualmente; como exigen las normativas, se le solicita al Siprosa su incorporación; pero la mitad son excluidos y en algunos casos se los incorpora y después de casi seis meses se les envía la tarjeta a los padres para la compra de alimentos; pero muchos de ellos no consiguen que se les habilite la tarjeta. En febrero de 2010 tuve un niño de seis meses derivado de otro CAPS, con desnutrición de 2º grado, cardiopatía congénita y familia de extrema pobreza; solicité su incorporación inmediatamente; lo incorporaron en septiembre y la tarjeta se la activaron en enero pasado. El PFRN es un programa que depende del Ministerio de Salud de la Nación, que reemplazó a los bolsones que se entregaban a los desnutridos hasta 2008. Las provincias administran los dineros que envía la Nación para su implementación.
Jorge Eduardo Gómez Ponce
jedugp@hotmail.com
LA MUERTE DE UN POLICÍA
Hace unos días ha dejado de existir un policía. LA GACETA siempre ha publicado nuestra tarea diaria de lucha contra el crimen. Ahora nos toca esta pena de tener que despedir a un integrante de la Patrulla Motorizada Capital. En esta oportunidad me gustaría que la ciudadanía sepa cómo murió el Agente Juan Manuel Juárez, de 32 años de edad, padre de una beba de tan sólo un año de vida. El 18 de marzo, en ocasión que se encontraba trabajando, recibió un llamado radial de un compañero que, cumpliendo tareas preventivas, necesitaba ayuda. Sin mediar nada más, se subió a su motocicleta (de la Policía)... pero la fatalidad lo sorprendió en una calle del Barrio Victoria, donde chocó con una camioneta. Estuvo internado en una clínica hasta que dejó de existir. Este hecho ha entristecido a la Patrulla Motorizada. Quedó evidenciado el enorme espíritu de sacrificio del policía que cumpliendo con su deber en un acto de servicio perdió la vida. Soy fiel testigo de su tarea profesional, pero más aún de que fue un ser maravilloso con cualidades destacables, con una enorme actitud; y, sobre todo, una persona de bien.
Luis Alberto Mansilla
Comisario Inspector
Victoria 650 Tafí Viejo-Tucumán
libreta de almacenero
Con relación a la nota sobre la libreta del almacenero (30/03), encontré entre los papeles que conservo con cariño este comentario: "Si hubiera que analizarlo desde el punto de vista de los papeles comerciales que se utilizan en estos tiempos, la libreta del almacenero no tiene comparación. No era un pagaré, no era un recibo, ni una factura ni un remito. Aunque sí podríamos decirle a alguien que no la conoció y necesite saber de su naturaleza como instrumento de comercio, que la libreta era más que todo eso y hasta puede llegar a parangonarse -en un cierto ejercicio de imaginación- a una tarjeta de crédito. Digamos sobre su singularidad: que es el único instrumento que siendo un título de crédito (a favor del almacenero) no lo guarda él sino el deudor. En la libreta estaba el detalle de cada compra del cliente (es un remito); los precios de cada compra (es una factura); el saldo de la deuda (es un resumen de cuenta); los pagos a cuenta que hacía el cliente (es un recibo) y el monto adeudado (es un pagaré). Y lo más notorio: no lleva la firma del deudor. Ni de garante alguno. ¡Vaya confianza de aquellos gloriosos tiempos de la palabra empeñada y de la deuda comprometida y que se pagaba. Y a tiempo!".
Luis Salvador Gallucci
lsgallucci@hotmail.com
YERBA BUENA
nily@hotmail.es